viernes, 26 de mayo de 2017

Historia de un amor oscuro (Parte 5)

Las calles eran gastadas como las paredes descascaradas de aquella zona oscura y triste. Se levantaba el edificio imponente, tal la enfermedad incurable de aquellos pobres infelices que llenaban el lugar.

Ver parte 4 en este enlace

José estaba decidido a llegar al fondo de esta situación, Deby le había dicho que salía junto a un grupo de profesionales rumbo a otro nosocomio, pero él ya estaba convencido de que las cosas eran más serias de lo que imaginaba.

Camino por esas calles en busca del hospital Borda, era la hora en que la mayoría salía a almorzar, pero él decidió ir derecho a la entrada principal y averiguar que sucedía. ¿Quien era Débora Raimundi? o sea Deby. 
Si trabajaba allí deberían conocerla o a lo menos tener sus datos, así que encaró y fue preguntando hasta que lo enviaron al lugar indicado en donde tenían datos de todo el personal.

-No, Débora Raimundi no figura en ninguna lista, ni siquiera en la del personal auxiliar. 
Las personas del lugar lo miraban con cierta extrañeza, es como si dijeran: -Este hombre no sabe en que lugar esta. 
Casi con pena lo observaban, buscaba a una terapeuta en un sitio donde los enfermos psiquiátricos se hacían pasar por personas que en definitiva no eran.

José tomó una repentina decisión, fue al lugar en donde figuraban los expedientes de las personas que habían estado internadas y habían sido dadas de alta. 

Si, allí estaba, Débora Raimundi, había salido de allí hacía alrededor de un año, junto con la fecha de la muerte de su padre. La dejaron salir y que viva en su casa bajo la responsabilidad de su familia.

José caminó lentamente por los largos pasillos, salió tristemente al parque y miró hacia lo lejos. Si, definitivamente si, se trataba de ella, la misma mujer que lo atendió en la casa. Ella era Débora Raimundi Deby.

Con un fuerte silencio en la garganta se encaminó de regreso a su hogar. Aún flotaba en el aire el bello recuerdo de Deby, aquella joven y vivaracha mujer que supuesta mente se había marchado hacia un hospital psiquiátrico de la zona de Luján. Prefirió quedarse con ese sabor en su interior y revivir un poco más aquel inocente juego de una mujer bella, que al fin y al cabo a nadie hacía daño en su pequeño mundo de fantasía.


Fin del episodio















  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada