lunes, 22 de mayo de 2017

                                                         
                                                               Historia de un amor oscuro

Ella decía llamarse Débora, la conoció por facebook. Al principio era un hola, y luego se transformo en una charla más amena. Ella decía tener unos treinta y seis años y él cuarenta y cinco. Se la veía tan bella en su foto de perfil que él se fue enamorando. Su encanto y su finura femenina, sus gustos delicados y su obsesión por mantener una figura delgada y agradable lo cautivaron.

Se pasaron sus números de los celulares y así la charla fue más personal, ella tenía una voz agradable y con aire a esa clase de mujeres que se les suele decir "conchetas".
Mujer sola con un hijo de diez años. que aún sufría la pérdida de su padre que llevaba un año de fallecido. Vivía en Ramos Mejía. 

Él era viudo, se llamaba José y vivía en San Isidro zona Norte. La necesidad de estar con alguien hizo que José se apegara mucho a ella. Tantos eran sus sentimientos que comenzó a enamorarse de Debora, perdidamente. Quería conocerla personalmente. Ya no bastaban los contactos por chat, ni los mensajitos por celulares. 

José quería verla y sabiendo que ella sufría de una úlcera en el estómago sentía que debía ayudarla económicamente. Y así lo hacía enviándole dinero de tanto en tanto por medio de algún Rapipago. 
Se sentía satisfecho de poder ayudarla, aún que sea así; saldando alguna cuenta que ella no podía pagar. 

Sin embargo de vez en cuando una sombra de sospecha rondaba por su mente. ¿Porque razón Débora para algunas cosas se mostraba esquiva? Por ejemplo. cuando le solicitaba una foto, aparte de sus fotos de perfil, ella se negaba, y le aseguraba que ella era tal cual se mostraban sus fotos en facebook. Tampoco se interesaba demasiado en la figura de él, afirmando que no se guiaba por la figura del hombre exteriormente, sino que para ella lo importante era su ser interior.  

Sin embargo, por otro lado mediante mensajitos era cálida, solía mostrarse cariñosa y que retribuía al cariño que José le brindaba.


Este observaba por las publicaciones y los contactos de ella, que era verdad lo que decía. Tenía un hermano que jugaba al Rugby, familiares, amigos, fotos de reuniones, cumpleaños y eventos. Todo era verdad, pero lo extraño era que ella nunca aparecía en ninguna foto familiar.



No podía ser que una mujer tan bella se fijara en un hombre considerablemente feo como consideraba que era él. Una y otra vez le preguntaba si había visto su foto, y ella siempre le respondía con la misma respuesta:
 -No me interesan los hombres lindos, me importan como son en el alma y que sean buenas personas.

Profundamente emocionado, José se sentía un tanto feliz de haber hallado una mujer joven y bella que se fijara en él.

Un día convinieron en encontrarse, eligieron un lugar para verse, Flores parecía perfecto. Frente a la iglesia católica, En la Plaza. Era un lugar conveniente, a ella le quedaba bastante a mano y a él no se le hacía tan a trasmano que digamos. Decidieron que a las ocho de la noche sería un horario ideal, tomarían algo y se conocerían.

Allí estuvo José con una hora de anticipación y el corazón latiendo intensamente. Caminó, tomó un café en un bar del lugar, ideó distintas fantasías de como sería ella al verla personalmente. La llamó por teléfono, ella le aseguró que iba a ir vestida con una blusa negra, de pantalones oscuros y que su estatura era de un metro setenta.

Su emoción aumentaba al aproximarse la hora señalada, su corazón acrecentaba los latidos. Ella era rubia, cabellos largos, figura esbelta. El estatura mediana, con un poco de sobre peso y cabellos un tanto canos. Le había dicho que trabajaba de terapeuta. Él, un simple técnico en refrigeración.  


   


Esta historia continúa, no te pierdas el próximo capitulo en la siguiente edición. 









       


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